domingo, 17 de marzo de 2013

QUE NADIE SE SIENTA OFENDIDO

Una vez mas, compartiendo lo que encontré, ahora en Facebook, gracias a Mento
José Luis De Torres Jiménez
  
 Queridos hermanos, cuando escribo no es con intención de ofender a las personas, sin embargo, tengo un problema, que termino por ofender por no dejarme llevar por los respetos humanos, cosas del hombre viejo e imperfecto.
Este hombre viejo, "los desordenes de nuestro corazón", que protesta cuando alguien se le ocurre denunciar lo que nos puede alejar de Cristo, de la caridad.

Esta claro, que nuestro hombre viejo es egoísta, no quiere ser maltratado por la perfección y santidad cristiana ¿le haremos caso, queridos hermanos?

Los Santos molestaban por anunciar a Cristo, el mundo es incapaz de comprenderlo, y por eso es enemigo de Cristo.

Yo he leído a sacerdotes, que también decía que no quería ofender, sin embargo, terminaban por ofender, pero no era ofensa, lo que sucede que quien se aferra al proceder de este mundo, cualquier texto doctrinal, lo ve como ofensa, porque no quieren convertir su corazón a Cristo.

Aquellos que no aceptaban a Jesús en su tiempo, se sentían dolidos por las palabras del Divino Salvador.

En el día de hoy, hay almas que se aferran al pasado, y no tienen en cuenta ese cambio presente, de los que se han convertido a Cristo, han comprendido al Espíritu Santo, si antes vivía en el error, ya no lo vive, porque se deja guiar por la Gracia de Dios, los hijos de este mundo, no ven el corazón, ese cambio de conversión radical, sincera y perseverante.

Uno puede cometer errores, pecados, cuando no ha conocido a Cristo, pero cuando le conoce, se convierte y le ama, renuncia a todo cuánto le separaba del Amor de Cristo.

Pero si nuestro corazón no está convertido, siempre simpatizará con el mundo, haciendo una especie de pacto, entre Dios y lo mundano, dos señores, y uno de ellos causará tristeza y división.

Causa tristeza a Cristo, si la mitad del corazón se inclina por lo mundano, y esta división llegará a no comprender a sus hermanos que quiere ver las cosas no según el mundo, sino desde la fe y la caridad.

No podemos dejarnos corromper por las cosas del mundo, amamos a Dios, le adoramos. Si queremos protestar, será contra el mundo, protestemos sí, contra nuestro hombre viejo y miserable, que nos lleva a no comprender, lo que procede de Cristo Jesús.

El Cardenal Jorge Mario Bergoglio, en una ocasión habló de Cáritas, y tuvo que decir, "Perdón, quizas le ofendo a alguno, pero no quiero ofender", pero claro, sus palabras no ofenden, pues era necesario anunciar lo que Jesús nos enseña.

Yo no quiero ofender, pero sé que hay personas que se sienten ofendida, nunca ha sido ni será ese propósito mío.
Pero si por rechazar lo que nos aleja de Cristo algunas personas se sienten ofendida, y para evitar malos entendidos, ya que no siempre hay buen ánimo de preguntar del por qué, sino "esto no puede decirlo así".

Por defender los derechos de Cristo, muchos han muerto por su fe, los santos mártires.

La Iglesia en distintas ocasiones ha pedido perdón por los pecados de algunos de sus miembros, no porque la Iglesia haya querido ofender. Sino que aquellos que pecaron, lo hicieron por su cuenta, porque si la Iglesia lo supiera antes de que tal hijo cometiera el pecado, le respondería que no debe cometer esas aberraciones. Esto es un ejemplo.

Las malas interpretaciones no proceden de la caridad, ni de la unidad con el Corazón de Cristo, sino del apego a cualquier cosa que no procede del Evangelio.

Mis buenos hermanos, que nadie se sienta ofendido por esto.

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